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higuera


La higuera (Ficus carica L.) es un árbol típico de secano en los países mediterráneos. Su rusticidad y su fácil multiplicación hacen de la higuera un frutal muy apropiado para el cultivo extensivo.

Siempre ha sido considerado como árbol que no requiere cuidado alguno una vez plantado y arraigado, limitándose el hombre a recoger de él los frutos cuando maduran, unos para consumo en fresco y otros para conserva.

Las únicas higueras con cuidados culturales esmerados, en muchas comarcas, son las brevales, por el interés económico de su primera cosecha, la de brevas.

Las higueras pertenecen a la familia de las moráceas; son árboles o arbustos de madera blanda, de hojas grandes, verdes y brillantes por el haz y grises y ásperas por el envés.

La higuera
Juana de Ibarbourou


Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.

En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...

Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».

Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!

Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:

¡Hoy a mí me dijeron hermosa!


Sus flores, unisexuadas, están distribuidas por la superficie interna de un receptáculo lobuloso abierto en un extremo (ojo); este receptáculo, tras la fecundación, se hincha y se vuelve carnoso, formando una masa rica en materias azucaradas: el conjunto es un fruto múltiple (sicono), la breva o el higo.

El denominado fruto de la higuera (infrutescencia) es blando, de gusto dulce, en cuyo interior, de color encarnado y blanco, se alojan lo que, aparentemente son semillas pequeñas, pero que en realidad son verdaderos frutos. Aparece cubierto exteriormente por una piel verdosa, negra o morada, según las diversas variedades.

Las higueras comúnmente cultivadas se clasifican en dos grupos, según den una o dos clases de frutos al año. Higueras bíferas o reflorecientes, llamadas brevales, breberas o bacoreras, que dan frutos en junio-julio (brevas) y en agosto-septiembre-octubre (higos).

Higueras comunes, propiamente dichas, que sólo dan una cosecha (higos) en agosto-septiembre. Higueras breveras, brevales o bacoreras.Son las más apreciadas y las únicas cuyo cultivo se va extendiendo. En estos árboles, algunos higos cada año no llegan a madurar en otoño y se conservan durante el invierno para hacerlo en el verano siguiente.



Cuando nací había muchísimos higos...
Marosa Di Giorgio


Cuando nací había muchísimos higos.
No puede ser, me dirán, si era invierno y hacía frío.

Sin embargo fue así;
estaban en todos los árboles,
aún los que no eran higueras,
y en medio de las flores.
Oscuros, celestes o rosados;
algunos desde el origen,
traían adherida una violeta o una mosca.
O en el punto central entresacaban una perla
(nunca la dieron del todo).
O se desprendían girando
como astros envueltos en anillos de colores,
hasta que casi exánimes tornaban al lugar.

Se sentía un aroma a almíbar y azucenas.

Yo, en medio de mi primer lloro,
pues era a los pocos minutos de nacer,
dije a mi madre:
Hay higos.

Y mi madre miró sonriendo a mi Rosa abuela,
y le dijo:
Mira lo que dice.

Y mi abuela se aproximó,
demasiado,
con los ojos bajos, la sonrisa fija,
y una tremenda corona de higos
negros, gruesos y atormentados.

….

Las brevas tienen un alto valor comercial por su tamaño, superior al de los higos, su aspecto atractivo y por las fechas en que maduran, con fácil comercialización en fresco.
Estos frutos se forman sobre madera vieja, del año anterior, en donde pasan el invierno como pequeños botones, situándose dos, tres o cuatro por ramo, pudiendo llegar hasta siete.

Estas higueras dan una segunda cosecha, la de higos, a partir de agosto. Estos frutos se forman sobre la brotación del mismo año. Los higos son del mismo color que las brevas pero de tamaño más pequeño. De sabor más dulce pero con menor aroma. En el comercio en fresco tiene menor valor que las brevas. Higueras comunes son las que dan sólo higos, normalmente desde agosto hasta finales de octubre.

La higuera tolera bien las altas y las bajas temperaturas vegetando con normalidad. Se encuentran higueras en coma o regiones muy variadas, de climas diversos.

Sin embargo cultivo comercial de la higuera requiere unas condiciones cl ticas específicas. Los frutos de mayor valor en el mercado las brevas y éstas varían muchísimo de precio entre ser tempranas o tardías.

Por otra parte, la humedad excesiva y las lluvias frecuentes perjudican enormemente la calidad de los frutos. ello el cultivo de la higuera, principalmente la brevera, sólo reviste interés en zonas de clima benigno en invierno y caluroso en verano, con precipitaciones escasas, es decir, clima medite­rráneo cálido y seco.


Oda al higo
pprompeolas

Al rico higo
vendo el rico cerete de higos
pregonaba el marengo

cuanta hambre quita el higo
¡ay, Dios mío!
y cuanta hambre quitó

humilde higo
que puedes convertirte
en femenino jigo

almeja terral
de arañitas blancas
de fondo bermellón

extraña breva
que caes del cielo
mejor que la coliflor

ruta erótica
como la de la seda
y sabe mejor que un melón

aunque yo prefiera
el jigo al higo
no sé que es mejor

al rico jigo
vendo el rico cerete de jigos
pregonaba el putón

por eso se llama higo
y sin comerlo
puedes ser su servidor

por eso en salduba
dicen jigo
en vez de higuerón

para mi amiga rosa,
la que tiene demasiados calderos en el fuego




Es uno de los árboles más resistentes a la sequía. Cuando ésta es intensa permanece en estado de reposo desarrollando pocas hojas y no dando frutos.

Es muy poco exigente en suelos (crece en los pedregosos y áridos), pero para dar cosecha de calidad los requiere con alto contenido en calcio y que no sean demasiado húmedos. Es árbol muy sensible a la podredumbre radicular.

En cultivo extensivo, marco real de 8 x 8 y actualmente, en cultivo intensivo con marcos de 5 x 5 o aún más intensos si se ponen higueras sólo, ya que lo más frecuente es asociar este cultivo con almendros o granados.

La tendencia actual es plantar espeso, con mayor número de árboles por unidad de superficie, con el fin de lograr mayores producciones unitarias, con más facilidad de recolección al ser los árboles más pequeños de copa.

No obstante sigue habiendo muchos árboles en hileras, puestos en los márgenes de los bancales dedicados a otros cultivos, con portes elevados al estar en marcos anchos y beneficiarse de operaciones culturales que se prodigan a los cultivos básicos, tales como cítricos, almendros u hortícolas diversos.

Es una especie frutal que requiere pocas podas y aclareos. Las higueras sueltas o «marginales» apenas si se podan. Solamente se le cortan las ramas secas o estropeadas.

En las plantaciones regulares o uniformes es aconsejable limpias periódicas (especie de aclareo de ramas), procurando siempre evitar que las higueras crezcan excesivamente y los frutos no se puedan recoger desde el suelo, sin necesidad de subir a los árboles. Para ello cortaremos en enero, con hacha, las ramas demasiado altas.Eliminar algunos «ojos» (yemas) en enero-febrero, práctica llamada «desroñar», para favorecer el engorde de las brevas situadas al final del tallo.

Las podas ligeras o nulas favorecen la producción de brevas de junio-julio, pero perjudica la cosecha de higos de otoño, pues hay una cierta incompatibilidad entre ambas producciones. Por ello las breveras no suelen cultivarse para higos frescos o para secar.

Las higueras no suelen abonarse directamente. Se benefician enormemente de los elementos nutritivos que se incorporan para fertilizar los cultivos asociados. El árbol agradece mucho el abonado nitrogenado en cuanto a su desarrollo vegetativo pero los frutos, aunque aumentan de tamaño, pierden calidad en lo referente a su sabor y conservación.

Como ha quedado ya indicado, la higuera tolera bien la sequía, antes bien le perjudican los excesos de humedad. Sin embargo es conveniente darle un riego en invierno en climas de inviernos secos y sólo si el año es muy seco volveremos a regar a primeros de marzo para favorecer el engorde de las brevas y en julio para mejorar el tamaño de los higos, de interesar esta cosecha.

No debe olvidarse que los riegos aumentan el calibre de la fruta pero perjudican su calidad. Cuanto más sequía padezca la higuera, dentro siempre de ciertos limites, más dulces serán los frutos.

La higuera tolera bastante bien la salinidad de las aguas, más que los cítricos y el almendro, pero algo menos que el granado. Se pueden emplear perfectamente aguas con 2 gramos de cloruro sódico por litro.



El higo pródigo
Beto Hermoza

Llegó hasta donde comenzó el Génesis.
Pero la Abuela Simiente sólo queda
La Higuera Persistente,
Frondosa,
Maternal,
Callada.

Llego a ella siguiendo el ritual enésimo
De atravesar un patio y liberarse del hechizo de una cocina.

Y sigue allí,
Con su pollera verde, como una matrona.

Cuando me ve se agita.
Siento que sus horcones, desde sus ramas hasta sus raíces,
Quisieran abrazarme, estrujarme,
Tan fuerte como lo hacía la Abuela Simiente
Cuando llegaba yo desde lo lejano.

Y un cierto cielo y unas ciertas montañas son testigos
De cómo un Nieto Triste anuda un espasmo en la garganta,
Y enjuga una lágrima

Y ella, la higuera, enjuga un higo.
Entonces las palabras se me vuelven higos.

Y yo soy también un higo
Un higo pródigo.




Se reproduce por acodo y esqueje, enraizando fácilmente. Su multiplicación es muy sencilla partiendo de estacas. Por ello, en la práctica, los agricultores no suelen comprar barbados a los viveros, sino que plantan directamente con estacas ramificadas que obtienen de sus mismos árboles, eligiendo las higueras mejores, de la variedad que desean reproducir.

Es preferible sacar las estacas de ramas laterales ya que las centrales (chupones) originan higueras con excesivo vigor que perjudicaría la normal fructificación. Cuanto más grandes son las estacas empleadas, más rápidamente se desarrollarán las higueras y por tanto en menos tiempo se obtendrán producciones.

La práctica del injerto sólo puede tener algún interés para cambiar de variedad las higueras ya establecidas. Para ello en el invierno se desmochan las higueras por encima de la cruz. En la primavera salen fuertes chupones que pueden ser injertados en junio de ese mismo año o del siguiente de yema, bien de escudete, bien con chapa o placa.

El injerto es, no obstante, muy poco frecuente, ya que la higuera tiene un crecimiento tan rápido que mejor que cambiar de variedad por injerto es aconsejable volver a plantar con estacas la variedad que se desee.




Leche de higos con nueces garrapiñadas

INGREDIENTES
100 grs de higos secos
1 litro de leche de oveja
100 grs de nueces del país


Una de las múltiples propiedades, o curiosidades, que tienen los higos, es que cuajan la leche de una forma sorprendente ya que no se corta, simplemente se solidifica, quedando como una jalea, y con un perfume a higos que parece que procede de ellos mismos.

Este postre se sigue encontrando en algunas ciudades españolas donde aun se mantiene la tradición dulcera mozárabe, como en algunas zonas de la Alcarria, en Toledo, en Murcia o en algunas provincias andaluzas como en Córdoba.

ELABORACION

1. Se hierve la leche tres veces y se deja enfriar. De esta forma evitamos posibles riesgos sanitarios y de paso retiramos la nata, con lo que desengrasamos el postre y evitamos que se forme una capa desagradable en su superficie.

2. Una vez bien colada, la repartimos en cuatro cazuelitas de barro, como las de las angulas, y las colocamos en un lugar fresco donde puedan quedarse sin peligro durante toda la noche (me refiero a gatos, perros, niños, etc.).

3. Cortamos los higos en finas lonchas y las repartimos por las cazuelitas sumergiéndolas de tro de ella. Viene al caso advertir que en los higos secos hay mucha picaresca porque ese color blanco característico, debe proceder del secado al sol (ver Higos), pero hay productores que lo fuerzan con harina, lo cual es una porquería y pone en peligro el éxito del plato.

4. Al día siguiente la leche aparecerá cuajada por completo. Entonces pondremos las nueces peladas a cocer en ron añejo, o en brandy. Deben cocer lentamente para chupar el sabor hasta que el líquido se consuma por completo y quede casi como caramelo.
Cuando estén frías se reparten por la superficie de las cuajadas y se sirve bien frío. No necesita azucar, pero eso ya va en gustos.

Variantes del plato:
El maridaje de las nueces con los higos es perfecta, pero cabe perfectamente cambiar de fruto. Otra alternativa es usar nueces cantonesas, esas que vienen ya caramelizadas, o garrapiñadas, como se decía antaño en los conventos españoles.

Libaciones: Como en la mayoría de los postres sefardíes o mozarabes, el vino no casa. Quizás en este caso un Pedro Ximenez, no muy denso, podría estar bien. Lo mejor: el té.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me fascinan los higos soy amante de estos soy de el salvador y aca los hacemos en conserva son deliciosos =)

Charito Peraza dijo...

Yo hice la receta tal cual está aquí pero no cuajo la leche me podrías explicar lo que puede ter ocurrido

Muchas Gracias