publicidad

fuente "Mauricio"

Budia, como iréis comprobando en este apartado, contiene y disfruta de fuentes por todas partes.

La primera que se encuentra uno al llegar al municipio de Budia por la carretera de Pastrana, una vez que empiezas a bajar hacia el barranco de la Vega, es precisamente este manantial denominado "fuente Mauricio" que tiene un sencillo caño y un clásico pilón.

Llegas a esta fuente, una vez pasado el desvío a Berninches y al Olivar, habiendo dejado descansar a los extensos sembrados de cereal junto a la interminable y preciosa "Galiana".









Es precisamente este entorno, el que deja en las alturas dominar al sol y permite aparecer algunas sombras,  que acogen a esta fuente situada a la derecha de la carretera que baja a Budia. 

Te la encuentras enseguida, una vez que tomas la "cuarta curva" al empezar a descender la cuesta.

Recuerdo que precisamente en esta fuente,  mi tía Consuelo Roca,  siempre se paraba en este recodo con su SEAT 127 para lavarlo y dejarlo primoroso antes de llegar al pueblo y dejar su coche junto a la casa de la plaza de su hermana,  -mi tía Mercedes Roca y de mi tío Antonio Escribano- .


Hay una pequeña desviación en la carretera para poder entrar con comodidad los coches y no tener que estorbar el paso de los coches; por lo que podéis hacer una parada sin ningún problema y divisar desde allí,  frente a este manantial, la torre de la ermita del Peral en el monte de enfrente.






Hoy en día, a este nacimiento se le sigue conociendo a este humedal por el curioso nombre  “Fuente Mauricio”,  y además sin cansancio ni agotamiento sigue soltando todavía un pequeño y cantarín hilo de agua fresca,  que se duerme un instante en su gastado pilón para bajar luego muy pronto a correr por el arroyo junto a otras muchas fuentes hermanas que pueblan este pequeño valle en la vega de Budia, como son las del “Peral”, “Pilarejo”, “Líneas”, “Vivero”, “la Salud”, “Panaderos”, … y muchas otras que después de permitir llenar el buche a los alcarreños de estos lares ribereños del Tajo, empapando al tiempo sus huertas, llenando sus abrevaderos,  lavaderos y dejando en este caso al precioso pueblo de Budia dormir fresquito en su ladera, mientras siguen aumentando el caudal del arroyo de la Vega otros humedales hasta llegar a Durón que agotado de su recorrer su sendas, consigue verter su sangre finalmente en el embalse de Entrepeñas donde se arropa y acuna ese enorme y precioso río llamado Tajo.



No hay comentarios: